12-05-2024. Domingo 7º de PASCUA – Ciclo B (Marcos 16, 15-20). Solemnidad de la Ascensión del Señor

Comentario:

Queridos hermanos y amigos en el Señor:

Observaciones preliminares sobre la Ascensión.

“El significado de este último gesto de Cristo es doble:

  1. Al subir al cielo revela de modo inequívoco su divinidad: vuelve al lugar de donde había venido, es decir, a Dios, después de haber cumplido su misión en la tierra.
  2. Cristo sube al cielo con la humanidad que asumió y que resucitó de entre los muertos: esa humanidad es la nuestra, transfigurada, divinizada, hecha eterna. Por tanto, la Ascensión revela la “grandeza de la vocación” de toda persona humana, llamada a la vida eterna en el reino de Dios, reino de amor, de luz y de paz”. Papa Benedicto XVI
  3. Sentarse a la derecha: expresión gráfica para denotar igual dignidad y autoridad que Dios.
  4. La solemnidad de la Ascensión pone punto final a la proclamación de la “Buena Noticia” de la llegada del Reino de Dios, proclamada por Jesús en Israel. Ahora comienza el tiempo de la Iglesia. A partir de ahora son los once los encargados de seguir anunciando la “Buena Noticia”, por todo el mundo, a todas las gentes, sin exclusivismos ni limitaciones.
  1. ¿Galileos que hacéis ahí mirando al cielo? Comienza la era de la Iglesia.

            Al comienzo del segundo libro que escribe Lucas a su querido discípulo Teófilo nos cuenta cómo Jesús, en un día de convivencia, se despide de sus discípulos después de haberles dado numerosas pruebas durante 40 días, de la resurrección y signos de que estaba vivo; sin embargo, ellos todavía piensan con categorías humanas y esperan la salvación política y económica de Israel.

            Jesús a cambio les promete la venida del Espíritu Santo que les enseñará, recordará y ayudará a entender el mensaje de Jesús, y les dará fuerza para anunciarlo a todo el mundo sin distinción de raza, pueblo o nación.

            Desde entonces no podemos quedarnos plantados mirando al cielo, tenemos que dejarnos llevar por la fuerza de su Espíritu a donde quiera llevarnos, para anunciar la buena noticia.

  • “Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda creatura.”

            San Marcos, al final de su evangelio, nos repite la misma enseñanza que Lucas al comienzo de los Hechos de los Apóstoles.

            Desde el comienzo de la Iglesia, los apóstoles se tomaron muy en serio este mandato y en seguida se extendió la Buena Noticia por todo el mundo. Cuenta la tradición que el apóstol Santiago llegó hasta nuestra tierra, y San Pablo, en sus cartas, que llegó hasta Tarragona.

            Hace 5 siglos, San Francisco Javier también se lo tomó muy en serio y llevó esta “Buena Noticia” hasta la India, Japón, Islas Malucas, etc. Este es el eslogan que se escogió para celebrar el 5º centenario de su nacimiento, “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”

            Actualmente, en España, hay muchos misioneros y misioneras repartidos por todos los países del mundo anunciando esta buena noticia.

            Ojalá que también nosotros, como seguidores de Jesús, nos tomemos en serio este mandato y lo practiquemos allí donde estemos: en nuestra ciudad, en nuestras familias, en el colegio, tanto en tiempo de trabajo como de recreo, de diversión. Porque Dios no tiene más manos que nuestras manos, ni más pies que nuestros pies, ni más boca para anunciar la llegada del Reino de Dios que la nuestra, ni más corazón para amar que el nuestro.

  • “El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado”.

         Jesús ha venido a salvarnos y no a condenarnos, ahora depende de nosotros el que queramos acoger, recibir y practicar esa Buena Noticia.

            El cielo y el infierno comienzan ya, aquí y ahora, aunque su realización final llegue en el encuentro definitivo con Jesús. No podemos ni debemos esperar al final de nuestra vida.

  • A los que crean los acompañarán estos signos.

         Creer en la Buena Noticia, implica sentirse querido y amado por Dios a través de su Hijo, de la creación y de las criaturas. Esto, como consecuencia lógica, nos lleva a devolver amor en sus múltiples formas: educación, salud, alimentos, cultura, presencia, sacramentos…

Podemos fijarnos en los múltiples proyectos de Cáritas para ayudar a los más necesitados en todos los sentidos, en las ONGs que tienen todas las congregaciones religiosas para ayudar con proyectos al tercer mundo, por ejemplo: Manos Unidas, Entreculturas , Cáritas.

El compromiso y la entrega de muchas Instituciones religiosas y de la iglesia con la educación, la sanidad, residencias de ancianos, migrantes, niños, jóvenes, mayores, etc.

Hoy me pregunto:

            1. ¿Cuál es mi actitud? ¿Me arde el pecho como a San Francisco Javier, por anunciar el evangelio a todo el mundo o me quedo mirando al cielo? ¿Estoy disponible para ir donde haga falta o más bien estoy apegado (mirando al cielo) a mi ciudad, amigos, familia?

            2. ¿Qué signos acompañan mi misión? ¿Siento que el Señor confirma mi palabra, mi trabajo con algunos signos de su llegada (justicia, sabiduría, compromiso, paz, alegría, salud, crecimiento humano y cristiano)?

  • Una idea: id al mundo entero y proclamad el evangelio.
  • Una imagen: la ascensión de Jesús a los cielos.
  • Un afecto: la consolación que sentimos al ver que el Señor confirma con señales lo que anunciamos con nuestras palabras.
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